LAS ESCAPADAS PARA DESCONECTAR Y APRENDER – MADRID
Todos saben que me tomo las cosas de forma muy personal y que siempre miro el lado positivo. En el último mes incluso decidí que si hay que solucionar problemas voy a llamarlo “party time”, ya que así evito el estrés adicional que traería mi subconsciente. Pero hay veces que paro y me pregunto: “¿De verdad me está pasando esto a mí? ¿Y justo ahora?”

¿Has querido alguna vez detener el tiempo o incluso volver a hacer las cosas desde el principio, pero bien? En el blog post de hoy hablo de lo bien que me lo pasé en Madrid hace 2 semanas y de la importancia de una actitud positiva hacía los problemas con los cuales nos encontramos en el día a día y en el aprendizaje.
Hace dos semanas decidí pasar mi fin de semana libre en Madrid. Como sabrán, los sábados son días laborales para mí con lo cual me sentí privilegiada y aproveché para hacer esa pequeña escapada a la capital. Con Pedro, cogimos cada uno su avión porque no reservamos mi vuelo a tiempo y se nos dispararon los precios. Lo bueno fue que alguien me esperaba en Madrid.
MADRID. Las calles llenas de gente, otro aire, diferente olor – ¡Me encantó! Y en aquel momento solo quería estar ahí y disfrutarlo. Me gusta tener esta sensación de estar haciendo exactamente lo que quiero y que las cosas fluyan. Antes de irnos, por supuesto, había hecho una pequeña investigación de sitios nuevos que han abierto para ir preparados. En este punto me parezco mucho a mis nuevos alumnos – todos se informan muy bien, leen mi página y parece que al llegar a nuestro NSchool ya me conocen. Me encanta que se preocupen, ladies!

Una de mis amigas nos propuso ir a Bar Galleta donde por primera vez comimos una burrata, genial. Posteriormente, dimos un paseo por Gran Vía y pasamos la tarde en uno de esos sitios de los cuales uno nunca puede cansarse: el Templo de Debod. Fuimos de compras y quedamos en el café Mür con mi amiga colombiana y su novio francés. Me encanta encontrarme con mis amigos en diferentes lugares del mundo. Lo que me sorprendió mucho en la cafetería fue el agua con Limón&Menta gratuita (lo mismo nos paso en el viaje a Frankfurt hace un par de meses) – ¡no hay mejor cosa que una sorpresa refrescante y sabrosa en un caluroso día de verano!
El viaje, aunque corto fue muy intenso y, encima, terminó con un problema en el aeropuerto. Normalmente no tengo problemas en los aeropuertos pero en este viaje hubo dos. De todas formas, solamente les contaré uno.
Me levanté a las 4 de la mañana; en realidad no me quería ir pero claramente no había otra alternativa– Me tuve que ir. En Madrid todavía era de noche cuando estaba en el taxi intentando entrar a la app de Air Europa para abrir la tarjeta de embarque. Tardé 20 minutos en llegar al aeropuerto y en estos 20 minutos el móvil no daba señales de querer ayudarme.
Al entrar al aeropuerto la tarjeta por fin se cargó y entré rápidamente hasta el control cuando la tarjeta desaparece otra vez. De repente me veo en la fila parada, sola, con el móvil y con los buenos recuerdos pensando: “Ahora me va a destruir el viaje mi propio móvil? ¡Esto no puede ser! Tengo que hacer algo! Y más me vale que sea rápido.” Ya empezó mi subconsciente. Party time.
Me quedaban 30 minutos para el embarque y decidí correr al mostrador de la aerolínea. Cola. ¿Qué otra cosa me esperaba? Incluso, la gente que se colaba y yo pensaba “¿quién te pude asegurar que las personas que se cuelan tienen más prisa que tú?”.
Cuando por fin me tocaba a mí y conseguí hablar con una azafata, esta me dirige a otra fila para esperar un poquito más. Sigo mirando el móvil y este sigue sin dar señales de ayudarme en esta odisea de muy poco tiempo que me quedaba. Ya empezó la voz de mi subconsciente: “¿Por qué no imprimiste la tarjeta de embarque?” y “Por qué no confirmaste ayer que la app cargaba bien?” cuando por fin era mi turno.
Le explico mi problema a la azafata, ella me mira y me dice con su voz de tranquilidad: “No se preocupe, yo le imprimo ahora mismo el billete”. Probablemente saben que ya tenía mi charla preparada. No me gusta quejarme, además, creo que se me da mal. Incluso, siempre digo – para solucionar problemas uno no tiene que quejarse, solamente tiene que prestarle atención al otro. Escuchar para entender y no escuchar para responder. Con su voz y su mirada me tranquilizó.

Es curioso porque muchas veces tengo alumnos que vienen apurados y que necesitan aprender para pasar el examen y lo que les puedo ofrecer es un sistema de mejora asegurada. Igual que hizo la azafata conmigo – me tranquilizó y dijo lo que tenía que hacer. Y no solamente esto; reaccionó de la forma más sorprendente posible.
No hay mejor forma de reconocer el error que aceptarlo y buscar soluciones.
Me quedé con la lección. En las situaciones de estrés, mira adelante. Ten en cuenta las dos partes. Escucha. Y luego reacciona.
Fue un problema con la app. Y al final me sentaron en Business class de Air Europa. Pude dormir tranquila y leer mi nuevo libro de liderazgo “START WITH WHY” en posición cómoda – ya saben que las personas aprendemos y memorizamos mucho más en un ambiente adecuado y estimulante. Este fue mi fin de semana lleno de sorpresas, sobre todo positivas.
Ahora que has podido leer este blog post, quiero saber de ti. ¿Qué estrategia utilizas para poder manejar bien el estrés y cuál es tu actividad favorita para desconectar?
Comparte una estrategia y una forma de la cual pasas tu tiempo libre abajo en la sección de comentarios. Tengo ganas de escuchar sus respuestas porque personalmente pienso que estas cosas tienen que planearse también. Hay que desconectar y darle al cuerpo y a la mente opción para que se sientan bien.
Con todo mi cariño,
Nika